La mayoría de los minerales son seguros de manipular, pero otros necesitan cuidados especiales debido a su composición.
Cuando decidimos tener un mineral, una gema, un cristal o una piedra, como decimos comúnmente, debemos tener en cuenta sus propiedades físicas y químicas. Está bien que sean bonitos, decorativos y potentes, pero algunos pueden ser tóxicos o incluso radiactivos y, por ello, debemos tener cuidado a la hora de manipularlos. Sí, hay cristales tóxicos y otros que pueden suponer algún riesgo, según cómo los utilicemos.
En general, se debe prestar especial atención a las piedras solubles en agua. Vale la pena recordar que las piedras preciosas que pueden volverse tóxicas porque incluyen aluminio y algunos otros elementos considerados tóxicos, la dosis necesaria para inducir una reacción tóxica es excepcionalmente alta. Entonces, mientras no comas polvo de roca, la toxicidad de estas rocas es poco probable.
Algunas piedras preciosas compuestas por elementos como aluminio, plomo, cobre, mercurio y arsénico son altamente tóxicas para los humanos. Cristales como la aguamarina, la esmeralda, la crisocola, la malaquita, la amazonita, la azurita y la turquesa contienen trazas de cobre en su composición y, por tanto, no deben utilizarse en elixires.
La morganita, el rubí, el granate, la turmalina, la piedra lunar, la sodalita, el topacio, la mica, la piedra del sol, la labradorita, el ojo de gato, el zafiro, el jaspe dálmata, la cianita y la turquesa contienen trazas de aluminio y, por lo tanto, no se recomiendan para elixires.
Otros se oxidan y liberan sustancias cuando se exponen al agua durante un período prolongado, como la magnetita, la cianita negra y la hematita. El ojo de tigre en su forma fibrosa y el crisotilo contienen amianto y, por tanto, no deben utilizarse como elixir. Usarlos pulidos no es perjudicial para tu salud.
Hay algunos que contienen azufre en su composición, como la pirita y el lapislázuli. Debido a esta característica, no deben utilizarse en elixires, ya que se vuelven tóxicos. Además, el lapislázuli es poroso y puede descomponerse en agua.
La pirita en sí no es perjudicial para la salud humana, pero se recomienda utilizarla con precaución. Al ser un disulfuro de hierro, no se debe mantener en contacto con agua ni colocarlo junto a carbón. En la primera acción puede convertirse en ácido sulfúrico y en la segunda puede autocombustarse.
La selenita, el yeso, la calcita, la cianita, la fluorita y la rosa del desierto se disuelven en contacto con el agua y liberan fragmentos. Por tanto, tampoco deben utilizarse en elixires.
La galena es un mineral lleno de brillo plateado que encanta, pero está prácticamente compuesto de plomo. Por eso, siempre después de manipular una galena, lávate las manos y no la uses en contacto directo con tu cuerpo.
La vanadinita también está llena de brillo y atrae la atención de todos: se encuentra cerca de regiones con minerales de plomo y puede contener este mineral. Además, contiene vanadio en su composición y precisamente por ello no debe utilizarse en elixires y debe evitarse su manipulación.
La fluorita y la malaquita atraen por su intenso juego de colores, pero una contiene flúor y la otra cobre y por lo tanto sólo deben usarse en su forma pulida, cuando no exista riesgo al manipularlas.
Por otro lado, las perlas, nácar y abulón, consideradas gemas orgánicas, pueden contener bacterias y contaminantes del agua y, por ello, debemos conocer su origen, además de lavarlas bien antes de utilizarlas.
Como vimos rápidamente, los entusiastas y coleccionistas deberían aprender sobre la toxicidad de las piedras preciosas en relación con su manipulación, corte e ingestión normales. Debemos recordar que la información que busques sobre piedras y cristales debe ser de fuentes reconocidas por la ciencia, porque hay un poco de desinformación y exageraciones publicadas en algunos sitios web. Uno de estos casos es la fluorita, que aparece en varios lugares como tóxica debido al flúor, pero hay que recordar que como gas el flúor es muy tóxico. Existen riesgos para la salud asociados con la exposición prolongada a grandes cantidades de fluorita en entornos mineros o cerca de ellos; sin embargo, las fluoritas pulidas son inertes y usar o sostener piedras preciosas o joyas de fluorita no presenta ningún riesgo para la salud.